La trágica noticia de la muerte de Liz Paola Estigarribia (29) llegó a sus familiares en la tarde del viernes. Habría muerto calcinada en su propia casa.
La víctima vivía hace más de 10 años en Mariscal Estigarribia, Chaco. Trabajaba en el bar de su expareja, Andrés Gómez.
“Ellos anduvieron casi 2 años y ella le dejó hace unos meses, pero por necesidad siguió trabajando ahí. Él era muy celoso, una chica linda como ella llamaba la atención de los clientes”, dijo su cuñada María Trigo a Extra.
El incendio ocurrió de madrugada y los vecinos vieron a Andrés salir de la casa de Liz horas antes.
“A las 04:00 se fue él a la comisaría y dijo: Dispararon e incendiaron la casa de mi exnovia. Gua´u que él se enteró nomás”, indicó María.
Los familiares de la víctima aseguran que él la mató. “El señor la tenía amenazada. Los pobladores nos contaron que él le decía: Si yo no soy feliz vos tampoco. Frente a los clientes le maltrataba”, señaló.
Cuatro niños quedaron huérfanos. Ellos se encontraban en casa de la mamá de Liz, en Luque desde hace un tiempo.
El sábado la familia estaba desesperada porque el cuerpo de la joven no llegaba y no estaba claro cómo había fallecido.
El fiscal Lucrecio Cabrera señaló que Andrés era el principal sospechoso, pero que en ese momento no tenían elementos para ordenar su detención.
Le tomaron pruebas dactilares y de parafina y lo dejaron libre.
“No se le encontró a la víctima. Encontramos solo la cabeza y la vivienda totalmente quemada. Sospechamos que alguien le mató e incendió la casa para borrar evidencia”, dijo Cabrera.
De la vivienda se consumió rápidamente. Nada quedó.
Los restos llegaron a la morgue judicial de Asunción el sábado.
“Hay que hacer ADN, si todavía queda elemento biológico”, apuntó.
Se quitó la vida
En medio del dolor y la sed de justicia de los familiares, el principal sospechoso se quitó la vida.
“Hoy (por ayer) lo encontraron colgado. El muy cobarde se mató, pero queremos que todos sepan lo que pasó porque nadie merece morir de esa forma macabra”, lamentó María.