27 abr. 2025

“Era un feroz toro: ¡Qué pucha, me asusté mucho!”

Anastacio Vera, el docente jubilado que recibió un cliente “especial”.

Toro en la despensa.png

El “cliente” peculiar era un toro grandote. El momento de la visita fue captado en imágenes de circuito cerrado de la despensa. El animal no causó daño alguno en el recinto.

Gentileza

Don Anastacio Vera es un docente jubilado desde hace dos años. Desde entonces, ayuda a su esposa en la despensa, en la pintoresca Villalbín, Ñeembucú.

Si bien a lo largo de su vida vio de todo, nunca pasó por un susto como aquel sábado. Estaba a punto de cerrar el negocio, tipo a las 20:00, pero antes, se sentó un rato en la sala desde donde ve quién llega al almacén.

Desde ahí vio una enorme figura que le puso de pie de un salto y con el corazón en la boca. “Por un momento pensé que era un señor y cuando me dispuse a mirar bien vi que era un feroz toro. ¡Qué pucha! Me asusté muchísimo”, dijo el docente a EXTRA.

Comentó que le sorprendió el comportamiento del animal ya que solo entró, miró y olió algunos productos, pero no agarró nada ni echó nada.

“Yo calculo que tendría 350-400 kilos por ahí. Un toro padre era. Enorme animal, no pude distinguir su sello, o sea, no es conocido de la zona”, indicó.

El profe detalló que se levantó despacito y avanzó hacia la puerta para cerrar las persianas ni bien saliera el animal, que increíblemente salió “marcha atrás” sin romper nada.

“Cuando salió, también miré y se quedó un rato en la vereda otra vez. Todos mis amigos me llamaron para que les cuente la anécdota. Hasta un socio que está en Estados Unidos me llamó. Fue simpático”, expresó.

Vera comentó que fue a hablar con el intendente de la ciudad, Milciades Caballero para ver cómo se podría coordinar los trabajos de control de animales vacunos sueltos.

“No es solo porque entró al negocio, es porque hay muchas vacas por la calle. Puede ser un poco peligroso para los automovilistas o transeúntes. A partir de ese episodio, se hizo un comunicado para que se controle esa parte”, mencionó.

La Comuna recordó que está prohibido que los animales estén sueltos e indicó que “el propietario se expone a una multa de G. 50.000 por cabeza de animal, si se trata de la primera ocasión. En caso de reincidencia G. 100.000”, expresa el facsímil.