Fueron ocho días de agonía para María Auxiliadora Ávalos Acuña (36), quien como último recurso pidió su liquidación de la estancia donde trabajaba para que la saquen del lugar.
La trabajadora rural sentía que le apretaba el corazón, su condición fue agravando con el correr de los días, pero no podía salir de la estancia Vaka Retã de Cadete Pando, porque el administrador del lugar, Sixto Romero, no daba el permiso.
El señor Felipe Nery Ortiz (40), esposo de la fallecida, contó a EXTRA, que durante varios días pidieron socorro a Romero, pero él se negaba a prestar el vehículo de la estancia, para que la mujer moribunda sea llevada al hospital.
El establecimiento ganadero se encuentra a 80 kilómetros del Hospital Regional de Villa Hayes; la única forma de sacar a la enferma era en vehículo. Además, su marido no podía abandonar la estancia porque le iban a culpar del robo de animales.
“El camino daba para que entre la camioneta (en la estancia), pero no vinieron junto a nosotros. Cuando estaba muy mal llegó y un día antes de que muera le llevó al hospital”, contó el marido.
De Villa Hayes, María fue trasladada nuevamente hasta el Hospital Nacional de Itauguá, ya que necesitaba terapia, donde murió el pasado 25 de mayo.
María Auxiliadora, la trabajadora de estancia deja huérfanos a cuatro hijos, quienes tienen 6, 9, 15 y 18 años.
Deuda
La finada no tenía seguro en su trabajo, ni vacaciones o permisos para ir al hospital. El marido debe pagar una deuda de G.7.000.000 por el servicio de sepelio.
El Sindicato Nacional de Trabajadores Rurales está ayudando con abogados a la familia. La denuncia se encuentra a cargo del fiscal Armín Echeguren.
No le dejó ir al velorio
Felipe, esposo de la fallecida, contó que el administrador de la estancia tampoco le dio permiso para ir a despedir el cuerpo de la finada.
“Mba’e piko rehota rejapo, tahána che (Qué piko te vas a ir a hacer, me voy a ir yo)”, le dijo Sixto Romero al viudo.
El domingo 26 de mayo se enterró a María, el administrador salió y Felipe tuvo que quedarse en la estancia a cuidar de los animales.
Ahora, el hombre renunció a su trabajo, pero le quieren responsabilizar por unos animales.
El dueño de la estancia, Guillermo Alcaraz, ahora recién se enteró de la muerte de la trabajadora, su abogado se reunió ayer con la familia de María Auxiliadora y Felipe.
El viudo está preocupado por la situación, ya que se queda a su cargo sus dos hijos pequeños, uno no escucha y él no tiene empleo.