29 abr. 2025

En España rescataron a 13 paraguayas que eran explotadas sexualmente

Las mujeres vivían en una sala de máquinas y debían estar disponibles las 24 horas del día para los clientes, sin importar si estaban enfermas o no.

Intervinientes

Los intervinientes hicieron una investigación que duró prácticamente un año.

EFE

Por EFE

La Policía Nacional española liberó a trece paraguayas víctimas de explotación sexual que vivían hacinadas en una sala de máquinas en Valladolid.

De acuerdo al informe, los agentes lograron detener a cinco personas, tres mujeres y dos hombres, de edades comprendidas entre los 35 y 37 años, quienes serían los cafichos. Cuatro de ellos también son paraguayos.

Las víctimas se encontraban en condiciones de extrema necesidad, en algunos casos con hijos a su cargo, señala la información.

Las mujeres procedentes de Paraguay, llegaban a Valladolid “engañadas por gente sin alma y acababan siendo esclavas”, según la delegada del gobierno en Castilla y León, Virgina Barcones, quien dio una conferencia de prensa.

La operación policial, que comenzó en septiembre del 2021 y culminó el pasado noviembre, requirió de numerosas vigilancias y tuvo el testimonio de una de las afectadas, que vivía en la sala de máquinas. Mencionó que el lugar tenía una decena de habitaciones, donde las víctimas eran obligadas por los proxenetas a atender a los clientes.

Para desmantelar la organización criminal, con infraestructura en Paraguay, Madrid y Valladolid, los policías investigaron anuncios en webs de prostitución y descubrieron que las víctimas habían sido captadas al menos en algunos casos por personas de su entorno familiar o de su propio barrio en Paraguay.

Al llegar al Estado español estaban obligadas a ejercer la prostitución sin recibir dinero a cambio con la excusa de que debían saldar la deuda de su traslado a España, entre otros gastos. Las mujeres eran sometidas a la vigilancia constante de cámaras y micrófonos en la casa donde residían, por lo que se encontraban aisladas y no podían comunicarse ni siquiera entre ellas sin que lo supieran sus captores.

Las mujeres apenas dormían y debían estar disponibles las veinticuatro horas del día por si algún hombre solicitaba sus servicios. También eran obligadas a poner para fotografías con contenido sexual como forma de atraer a los clientes.

Estaban controladas en todo momento por la encargada de la explotación en el piso, no les estaba permitido cocinar y comían comidas chatarras para estar siempre listas para cuando las requirieran, no importaba si estaban enfermas o no.

Su situación irregular en España a medida que pasaba el tiempo hacía que aún tuvieran más miedo a revelar sus circunstancias, por el temor a ser detenidas o expulsadas del país.

Cuatro de los cinco arrestados están una prisión provisional, todos acusados por delitos de explotación sexual, favorecimiento de la inmigración clandestina, delitos relativos a la prostitución, contra la salud pública, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.