Para él, un asaltante sin mucha calle (inexperto), la encargada del local de celulares parecía pan comido. Pero lo que no sabía era que acababa de meterse con la persona equivocada.
A eso de las 16:00 del sábado último, Lucas Gustavo Salinas Fernández, de 21 años, estacionó su moto frente a “Icon Store”, un local de venta de celulares ubicado en el barrio Boquerón de Ciudad del Este, Alto Paraná.
Entró con total normalidad y le pidió a la encargada, Tatiana V. J., de 19 años, que le mostrara un celular específico. Miró, no compró y se retiró del lugar como cualquier cliente.
Pero minutos después volvió, esta vez con la capucha de la campera puesta y un tapabocas cubriéndole el rostro. Al cruzar la puerta, soltó las palabras que cambiaron todo: “¡Esto es un asalto!”.
Con voz temblorosa y claramente nervioso, le exigió a Tatiana que entregara el dinero. Sacó lo que parecía un arma de fuego, que resultó ser una réplica, y apuntó a la joven, arrinconándola hasta la caja registradora. Pero ella, lejos de rendirse, se llenó de coraje. Se resistió, se le enfrentó y, sin pensarlo dos veces, forcejeó con él hasta arrebatarle el arma.
Las cámaras de circuito cerrado registraron el momento en que la joven, con una mano, esconde la pistola, y con la otra le suelta un tremendo sopapo al asaltante. El tipo, desesperado, intenta escapar, pero Tatiana no se lo permite y lo persigue hasta la salida.
Cuando estaban a centímetros de la puerta de blindex, él intentó huir, pero ella se le tiró encima con todo. Ahí empezó un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, que duró varios segundos. Ella lo redujo.
“La puerta tiene sensores, tiene controles y ella cerró, y allí, con un botón de pánico llamó al 911 y los patrulleros cercanos llegaron al lugar reduciendo al sujeto”, señaló el comisario Jorge Villalba, jefe de la comisaría 1° del barrio San Agustín.
Ligó jeja’o
Una vez reducido, los vecinos comenzaron a pedir que le den un apysarapo, otros no querían que se le lastime.
El comisario Villalba mencionó que los padres de Lucas fueron a la comisaría y le retaron todo mal, le dijeron que no le hace falta nada. El joven no dijo nada, agachó la cabeza y tampoco soltó por qué intentó robar. No tiene antecedentes.