Con cercado eléctrico y cámaras de circuito cerrado, Enzo Mannarini tuvo que reforzar la seguridad de su granja en Piribebuy.
Semanas atrás, en tres oportunidades le robaron 20 lechones (tuvo una pérdida de G. 7 millones), pero solo denunció una vez porque, según él, ya no los va a recuperar.
En Semana Santa se come carne de chancho y eso hace que aumente la demanda, también los robos.
Mannarini, quien también es vicepresidente de la Asociación Paraguaya de Productores de Cerdos, mencionó a EXTRA que incluso tuvo que equipar con armas a su personal para intimidar a los ladrones que se ingenian para robar los animales.
Modus operandi
Osvaldo “Uky” González, criador de cerdos de Luque, contó a EXTRA que en todo el país hay robos de cerdos y mencionó que la mayoría de los delincuentes operan en horas de la madrugada; sin embargo, para que los animales no se quejen utilizan distintas técnicas:
1- Usan alcohol de quemar o caña.
2-Les dan clonazepam.
3- Utilizan la violencia.
“En el pan de viena para pancho, en ese le ponen alcohol de quemar o caña, le tiran al chancho y se queda dormido y anestesiado”, contó.
González mencionó, además, que los ladrones dan clonazepam al chanchito que de inmediato pierde el conocimiento.
Noquean al animal
“También usan mazo, le dan mazazos en la cabeza y le deja tumbado (al chancho). Luego venden la piel, la carne, la tripa y todo”, le bajó.
González refirió que también se avivó y, como todos los años hay robos y más en Semana Santa, colocó cámaras en los alrededores de su corral.
Saben el movimiento
“Gracias a Dios no me robaron, pero intentan, se suele escuchar... porque cuando el chancho está muy inquieto es por algo. Te vas y le encontrás a los pichicateros que están por ahí rondando. En donde vivo, el terreno es grande”, dijo.
“El que te roba es porque sabe tu movimiento o pescan por vos cuando no estás o salís y esas cosas, por eso muchos usan la ley del Oeste, a balazo limpio”, comentó González a nuestro diario.
“Comen todo“
“La gente se calla nomás porque los que roban son motochorros y los que consumen drogas. Para que no tomen represalia (en contra de las víctimas) se callan. Por eso en los asentamientos no se puede tener chanchos ni gallina, porque comen todo”, Osvaldo “Uky” González, de Luque.
Lechones son los preferidos de los rateros
Los animales “preferidos” por los ladrones son los lechones, porque son más fáciles de llevar; se cargan en bolsas, en su mayoría de arpillera. “Esta es una época en donde tienen que cuidarse más, porque hay una alta demanda de lechones principalmente”, señaló Mannarini.
Las cercas eléctricas, las cámaras y armas de fuego con la cual hacen disparos al aire para espantar a los ladrones tienen su costo. Para los emprendedores y granjeros es un gasto extra que tienen que hacer a causa de la inseguridad, según dijo Mannarini.
Mal tiempo
Aprovechan cuando llueve
Enzo Mannarini, contó a EXTRA que los ladrones también hacen sus matufias cuando hay intensas lluvias, para que no se escuche cuando el cerdo hace ruido.
Zonas en donde hay más robos
En el interior del país son los lugares en donde se reportan más robos: Misiones, Caazapa, Cordillera, San Pedro. La mayoría de los casos no se comunican a la comisaría.
Precio de los lechones
Los chanchos más grandes tienen un costo de G. 390.000 a G. 400.000 o más y los lechoncitos cuestan unos G. 350.000, según dijo a EXTRA Dany Noguera, dueño de una granja en Cordillera.
Pena es de hasta 10 años de cárcel
Robar cerdo se considera abigeato.
El juez penal de garantías de Naranjal, de Alto Paraná, Adalberto Soto, mencionó a EXTRA que el robo de cerdo se puede calificar como un ganado menor o mayor y corresponde a abigeato. Alegó que en la zona hay un sinfín de robos de cerdos.
“Dentro de nuestro ordenamiento penal tiene una expectativa de pena de hasta 5 años y que puede ser aumentado hasta 10 años”, refirió.
Hace unos días, en la zona se robaron unos 70 cerdos por valor de G. 65.000.000, de la Granja San Bernardo.
Soto manifestó que los responsables realizaron una seguidilla de robos, y utilizaron un motocarro para trasladar a los chanchitos.