Manuela Caballero, una señora oriunda de la ciudad de Vallemí, recibió un mensaje de su yerno, Luis Carlos, invitándole a visitarlos en la ciudad de Curuguaty, con la promesa de que iban a darle G. 2 millones para su Semana Santa. Confiada, doña Manuela prestó unos G. 600 mil para pagar su pasaje.
Antes de llegar, su yerno le dijo que ya estaban en camino para ir a recogerla; sin embargo, cuando llegó a la terminal, no vio ni a su yerno ni a su hija, Marlene Soledad Rojas. Intentó llamar a los dos, pero ninguno le atendió el teléfono. Horas más tarde, se dio cuenta de que ya había sido bloqueada.
Como la mujer no sabía exactamente dónde vivía su hija, empezó a desesperarse, ya que no conocía nada de esa ciudad y se había quedado a la deriva con dos criaturas y sin dinero para volver a su casa.
Gran gesto de solidaridad
Con lágrimas en los ojos, la señora contó que incluso tuvo que deber por su almuerzo, ya que se quedó sin ni un guaraní en el bolsillo. El caso se viralizó en un medio local, Centro de Noticias Curuguaty, gracias al cual lograron que algunas personas colaboraran con lo que tenían con la doña.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando, al darse cuenta de su situación, una humilde vendedora le dijo que no le iba a cobrar por el almuerzo que debía, para poder ayudarla. Incluso, uno de los presentes le prometió que iba a regalarle el pasaje para que vuelva.
Visiblemente emocionada y con lágrimas en los ojos, la mujer agradeció el gran gesto de solidaridad de todos.
“Es demasiado triste. Siento haber venido. No se vale que me jodan así", dijo doña Manuela.
Gracias a la solidaridad de la gente, ayer la mujer pudo volver a su casa, aunque se desconoce si posteriormente su hija y su yerno se comunicaron con ella.