El bullicio y los cánticos de los hinchas de Racing y Cruzeiro que coparon Barrio Obrero, de Asunción, no pasaron desapercibidos para doña Sara Acevedo, de 79 años, una fanática olimpista de cuna. Ella se dijo a sí misma que sí o sí debía hacer algo para ayudar a sus prójimos.
El sábado último, en la final de la Copa Sudamericana, la temperatura era de 37°C, pero la sensación térmica de 42°C. Eso dejó muy preocupada a Sara, quien no dudó en sacar su manguera y refrescar a los aficionados que iban pasando frente a su casa, sobre Lomas Valentinas, entre Estados Unidos y Parapití de la capital.
La hospitalidad del paraguayo sorprendió a los extranjeros
Los videos de la doña donde se la ve mojando a los extranjeros en la vereda fue viral; la apodaron “La mujer solidaria”, porque hasta ayer nadie sabía su identidad.
“Mi marido es muy futbolero y mi nieto también, así que en honor a ellos hice con cariño y estuve ahí todo el día, dándoles agua, y bañando con la manguera. Me agradecieron muchísimo, eran muy amables”, mencionó.
Su esposo, Octavio Franco Escobar (79), un exdirectivo de Cerro, hizo lo mismo en la final de la Copa Sudamericana 2019, pero tiempo después quedó en cama.
Esa tarde, don Octavio vio a los hinchas a través de las cámaras de circuito cerrado y le pidió a su señora que les dé una mano. Pero ella ya estaba buscando algo para darles.
“Como el calor era muy fuerte, entonces saqué mi manguera y les refresqué. ‘Una ayudita no vendría mal’, dije. Pero después vino la policía y de la nada tiró balines de goma y gas (lacrimógeno). La gente comenzó a correr, había señores mayores y señoras que se desesperaron y muchos se refugiaron acá. Eso fue lo único malo”, relató.
Ella, sus hijas y su nietito vaciaron la heladera, porque dieron hasta lo último que tenían: agua, gaseosa, también hielo.
“Hubo gente que se desmayó. Mi hija trajo almohadones, les puso paños fríos y llamamos a la ambulancia, pero antes reanimamos a un montón de gente”, recordó.
“Mi mamá es mi ejemplo”
“Tengo el ejemplo de mi mamá que decía que no mezquinemos el agua y la comida. ‘Si tienen un pan, corten y denle la mitad al otro que necesita’, decía. Ese ejemplo de mi mamá se me grabó en la mente”, Sara Acevedo.