A paso lento, pero con la certeza de que todo va a mejorar, esa es su ley de vida. Don Juan Ramón López, de 62 años, sale a las calles a ofrecer sus ricos caramelos.
Toda su vida fue vendedor ambulante y antes vendía masitas casa por casa para sacar adelante a sus tres hijos.
Sin embargo, a raíz de un terrible accidente perdió la pierna izquierda, situación que lo hizo más fuerte, más trabajador y todo un filósofo.
Don Juan Ramón es muy valiente y sus vecinos del barrio San Juan de Capiatá lo conocen como una persona íntegra, servicial y, por sobre todo, alegre.
Es muy querido por los lugareños y ni qué decir por sus clientes y quienes alguna vez tuvieron la dicha de cruzarse en su camino.
Su nieta, Ruth Jara, mencionó a EXTRA que el sueño de su abue es contar con una prótesis.
Eso, para don Juan Ramón, era algo muy lejano, pero ya se empezó a gestionar para que por fin tenga una nueva pierna que lo ayudará a manejarse, caminar bien y mejorar por completo su nivel de vida.
“En el 2009, a él se le había amputado la pierna, porque siendo vendedor, antes de bajar del colectivo, el chofer aceleró y él se cayó. Uno de sus pies se dobló y el otro se había extendido sobre la ruta; pasó la rueda delantera y trasera sobre él”, relató Ruth.
La joven contó además que su abuelo tiene 45% de discapacidad física.
“Él es muy trabajador, muy guapo. A él se le conoce por ser demasiado carismático y, a pesar de todo lo que pasó, siempre muestra una sonrisa. Nosotros realmente damos las gracias por todo lo que hace por nosotros”, indicó Ruth.