En determinadas etapas sucede que nuestros niños no nos escuchan, ya sea que les pidamos que arreglen su cama, que vengan a cenar, que se duchen o que se preparen para ir a la escuela, parece que nuestras palabras no les llegan. ¿Qué podemos hacer para que esa situación cambie?
Hay que pedirles objetivos alcanzables: recoger los juguetes es una petición fácil de cumplir, incluso para los más pequeños si les facilitamos la tarea colocando cajas.
Hablarles directamente: no es lo mismo gritar que acercarse y pedirle lo que queremos.

No grites: los gritos constantes bloquean a los niños, si la intención es que nos hagan caso, lo único que lograremos es paralizarles y que no entiendan bien lo que queremos.
Escucha a tus hijos: es muy importante que se sientan escuchados, comprendidos.
Utiliza el sentido del humor: Si pruebas, verás que es mucho más eficaz cuando nuestros hijos no nos escuchan, recurrir a las bromas.
Emplear cariño: usando palabras cariñosas y refuerzos positivos, el niño se sentirá amado, comprendido y será más fácil obtener la mejora que buscamos. Recordá que cada niño es único y nunca compares el proceso de otro chico con el tuyo, disfrutando cada etapa del proceso, celebrando sus logros ya apoyando las tareas que le cuesten más.