Stella Marys López (43) vive en el barrio Republicano de Asunción y desde hace casi un mes su vida cambió por completo tras un accidente a bordo de un colectivo de la Línea 31.
La mañana del 27 de marzo, Stella se dirigía a su trabajo como empleada doméstica cuando el chofer del colectivo atropelló una lomada a toda velocidad sobre la calle Capitán Miranda, Asunción. El golpe fue tan fuerte que ella “voló del asiento y cayó sentada con todo el peso”.
Inmediatamente sintió un dolor agudo en la espalda y se dio cuenta de que no podía moverse.
“Grité del dolor, desde la espalda para abajo no sentía nada. El chofer siguió como si nada, fueron los pasajeros los que le obligaron a parar”, contó a EXTRA.
Fueron hasta la Comisaría 8ª, pero allí no contaban con patrullera para llevarla al hospital.
Entre todos, la volvieron a subir al colectivo y la trasladaron al Hospital de Barrio Obrero.
“El chofer solo me pidió mis datos y luego se fue”, relató con impotencia.
Tras varias horas de espera, fue derivada al Hospital del Trauma, donde le diagnosticaron una fisura en la columna.
Estuvo internada desde las 06:30 hasta las 21:00 ese día, y le dieron 30 días de reposo.
“No puedo trabajar y no me pagan los días que falto”, lamentó Stella.
La mujer llamó a la empresa de transporte La Conquista y la derivaron con la empresa de seguros. Le indicaron que ellos se encargarían de todo.
Fue hasta la oficina, llenó planillas, pero hasta ahora solo recibió una faja ortopédica.
“Dicen que se harán cargo de mis gastos médicos, pero yo estoy acudiendo a un hospital público. Tengo que ir un día antes y amanecer esperando turno”, expresó entre lágrimas.
Dentro de dos meses deberá hacerse otro estudio para saber si necesitará una cirugía.
Mientras tanto, Stella enfrenta sola los dolores, la incertidumbre y la falta de ingresos. “Sigo sin poder trabajar, me muevo en Bolt para mis consultas, y estoy pasando horrible”, indicó.
Otra víctima
El 11 abril, doña Benita Centurión, denunció que quedó prácticamente en cama por un caso “calcado” a este.
El chofer de la linea 54 atropelló una lomada y Benita, quien iba a bordo, se fracturó la cadera.
“Me rompí el hueso de entre la cadera y la columna. Me hizo volar y caí sobre el asiento”, dijo la señora en ese momento.
Tras la publicación del diario Extra, la empresa aseguradora le ofreció plata para cubrir su reposo y gastos médicos.