Con dos ladrillos en la cabeza atados entre sí por una piolita y colocados estratégicamente sobre su atado de tela, una devota peregrinó de manera insólita.
Llamó la atención no solo su promesa sino el equilibrio que tenía.
Morel Estigarribia, de 68 años, emprendió su peregrinación desde Yaguarón hacia la basílica de Caacupé.
Según relató doña Morel, hace años atrás, ella sufría de intensos dolores de cabeza que no desaparecían, por lo que pidió a la Virgen que la librara de su sufrimiento. “Demasiado me dolía mi cabeza. Le recé, le pedí que me cure y lo hizo”. Desde esa vez peregrina con los dos ladrillos sobre su cabeza, que simboliza el peso del que fue librada.

Llegó vestida de Virgen
Celia Britos Romero, originaria del distrito de Ypejhú, en Canindeyú, llegó a Caacupé después de 10 días de caminata. Asegura que empezó a peregrinar desde el 2022 para que los jóvenes se libren de las drogas y termine la corrupción. Contó que hace dos años, Dios se le apareció en sueños cuando estaba en cama y muy enferma, diciéndole que tuviera fe. “En ese momento, me levanté de la cama y me curé. Entonces, le entregué mi vida a la Virgen por Paraguay”, comentó. Desde entonces, Celia va con el vestido de la Virgen para agradecerle a la madre de Dios.

Por la salud
En zapatillas, pagó su promesa de ir a la basílica agradeciendo que su hijo se salvó de la explosión de su apéndice. Además, a pesar de ser una familia humilde, pudo cubrir los gastos de internación en un hospital privado que alcanzaron los G. 7 millones.
Elizabeth Figueredo, de Coronel Oviedo.