La festividad de la Virgen no solo pone a prueba la devoción mariana sino la creatividad de los vendedores, quienes tenían productos para cada ocasión.
Con el calorazo ofertaban pantallas, combos de tereré, sombreros piri, ere eréa.
Cuando se fue nublando y cayó un vientito purete que presagiaba una feroz tormenta, salieron paraguas, pilotos y kepis con paragüitas.
Los pilotines estaban desde 22 mil y el sombrero-sobrilla 25 mil.
También aparecieron personas que vendían abriguitos porque a la tarde-noche después de la lluvia se sintió fresquete (ideal para la gripe) .
¡ De todo hubo, tía. Hasta Santa trabajando en otro “rubro”!
Equipazo de EXTRA:
Tania Sosa
Lissandry Pérez
Daniel Ñamandú