El humo que se podía ver desde lejos alarmó a los vecinos de los municipios de Cafezal do Sul y Peroba de Paraná, Brasil, distante a unos 550 km de Ciudad del Este.
Ante el miedo, porque en la zona siempre hay asaltos, llamaron a la policía y allí se dieron cuenta de que al costado de un camino de tierra fue abandonada una camioneta S10, que había sido consumida completamente por las llamas una vez que los uniformados llegaron al lugar.
Del conductor nada se sabía; eso les llamó la atención y comenzaron a seguir los rastros de pisadas que los llevaron hasta un frondoso mandiocal. Allí encontraron a una familia que resultó ser de nacionalidad paraguaya, compuesta por papá, mamá y dos niños de 4 y 6 años, quienes estaban escondidos en el lugar con mucho miedo.
En ese instante se emocionaron porque sentían que estaban a salvo.
Los compatriotas denunciaron que, alrededor de las 15:00, cuando se dirigían a una cita médica por la PR 323 hacia Umuarama, les salió al paso una camioneta con tres hombres vestidos de policías, incluso tenían puestas las mismas gorras que utiliza la Policía Federal de ese país.
Uno de ellos llegó a realizar un disparo intimidatorio con el fin de que el conductor de la S10 (el papá) detuviera la marcha. Allí las víctimas fueron tomadas de rehenes y durante el camino los desconocidos dejaron que saquen algunas de las pertenencias de los menores de edad, para luego incendiar el vehículo.
Por fortuna nadie resultó herido, pero los malevos les ordenaron que se queden en el lugar y que horas después pidan ayuda.
Ya están acá
La policía brasileña dio a conocer el caso ayer y la información fue replicada por los medios locales.
Los mismos informaron que los compatriotas fueron llevados a la ciudad de Iporã, donde lograron contactarse con sus familiares que se fueron al lugar para traerlos nuevamente a Paraguay.