Algo parecido a un flash o un reflejo que salía desde la puerta del vecino llamó la atención de Samira R. (21).
Al ver detenidamente, descubrió que se trataba de un celular y que aparentemente la estaban grabando.
La joven comenzó a gritar, pero nadie le respondió.
Desde entonces, en el 2024, comenzó a incomodarse, porque ambas viviendas ubicadas en el barrio Ypati de Villa Elisa están divididas por un alambrado y cada vez que ella, su hermana menor de edad y su mamá salían al patio, el celular estaba allí.
A veces eran grabadas desde las ventanas o las grietas de las paredes, aparentemente por un tal Marcos, de unos 30 años, quien se dedica al reciclaje y vive en el lugar con su hermano y su padre de la tercera edad.
Sin embargo, la historia se tornó mucho peor cuando se descubrió que los videos fueron subidos a una plataforma de internet, tipo reality.
Hay muchísimas filmaciones de la bebé de Samira, de cuando ella la amamantaba y de sus partes íntimas como cola y pechos.
Samira agotó todas las instancias; ya hizo la denuncia en la comisaría, en la fiscalía y, como no le dieron una solución, expuso su caso en las redes sociales, donde relató su infierno.
“El 22 de septiembre del 2024 a mi papá le aparecieron nuestros videos en TikTok desde otra casa y, como le pareció raro, me mandó la cuenta. Yo busqué y encontré una infinidad de videos, entonces al día siguiente hice la denuncia en la comisaría 13° Central”, señaló Samira a EXTRA.
La joven declaró en la fiscalía y ese día apareció un policía solo para tomar los datos del vecino y luego se fue y su caso quedó en oparei (en la nada).
La familia siguió soportando los acosos, hasta que la mamá de Samira no aguantó más y le encaró a Marcos.
Este último le manifestó que vende los videos a un grupo de coreanos a cambio de mucho dinero.
Ni las sábanas atajan al depravado
Samira mencionó que tuvieron que cercar el lugar con sábanas, pero aún así son acosadas por el vecino.
“No podemos salir tranquilamente de nuestro patio a tomar tereré, tenemos que estar encerradas”, indicó.
Samira se mudó de casa, pero el resto de su familia continúa en el lugar, a merced del hombre que hasta ayer seguía grabando cada uno de los pasos que dan su hermana y mamá.
El hombre sigue en libertad.
Ayer, Samira fue hasta la Unidad N°2 a cargo de la agente fiscal María Angélica Bjasso, donde le dijeron que su acosador contaba con una orden de detención y que contaban con todos sus datos, hasta número de cédula.
Sin embargo, grande fue su sorpresa cuando en la comisaría 13° Central le dijeron que el hombre no figuraba en el sistema y que a ellos no les llegó nada. O sea que ni tenían registrado al hombre.
La afectada contó a EXTRA que desconoce si el hermano es cómplice, pero además de los malos ratos que sufren, también tienen que soportar el alto volumen de la tele cuando ven pornografía.